Recomendaciones para adultos:
- Limita el tiempo que te expones a la información y las noticias sobre el COVID-19, y siempre acude a fuentes fiables. Cuestiona aquellas noticias catastrofistas y da importancia a los datos positivos.
- Tómate un momento para conectar con tus emociones, con cómo te sientes. Quizás pueda servirte escribir, meditar o compartirlas con alguien.
- Mantén el contacto con los seres queridos, amigos y/o familia. Busca formas alternativas de comunicación como llamadas, videoconferencias, emails…
- Realiza ejercicio físico, actividades de movimiento para liberar tensiones y aumentar tu bienestar emocional.
- Establece una rutina en tus actividades y especialmente en los hábitos de sueño y la alimentación.
- Alterna momentos de trabajo y/o mayor responsabilidad con actividades placenteras y momentos de disfrute. Reserva una actividad especial para el fin de semana.
- Haz una lista con aquellos hobbies, actividades creativas y momentos de autocuidado que no sueles poder hacer por falta de tiempo y dedícales su momento. Puedes hacer lo mismo con aquellas tareas de la casa que siempre estuvieron pendientes.
Recomendaciones para padres:
- Explica y ofrece información a los niños que puedan entender, cuida su exposición a información o a imágenes que puedan tener un impacto negativo en ellos y ofréceles mensajes de confianza y esperanza.
- Potencia su poder de protegerse a través de la higiene y combina estas actividades con el juego: lavarse las manos mientras inventamos una canción sobre el virus o decimos la tabla de multiplicar, al toser cubrirnos la boca-nariz con el codo flexionado “como si fuera una llave mágica de kárate para protegernos frente a los virus malos”, o evitar tocarse los ojos, la nariz o la boca “como un juego en el que pierde un punto quien lo haga”… etc.
- Muestra paciencia, ya que los adultos somos un modelo para los niños. Quedarse en casa es un acto lleno de valor y solidaridad porque así nos estamos protegiendo nosotros mismos y protegiendo a las demás personas.
- Ayúdales a identificar sus emociones, a expresarlas y a gestionarlas, así como validarlas. Para ello se pueden utilizar recursos como cuentos, dibujos, juegos, vídeos, canciones…
- Establece rutinas diarias para permitir a los niños saber qué va a ocurrir después y proporcionarles tranquilidad y seguridad. Se puede personalizar y adaptar para cada familia un horario donde se especifiquen los espacios y tiempos dedicados a diferentes actividades, las cuales pueden ser acordadas y propuestas tanto por los niños como por los adultos. Recuerda que esta rutina debe tener cierta flexibilidad y que a veces se puede variar.
- Continúa estableciendo límites con cariño y coherencia. En situaciones difíciles es habitual permitir a los niños saltarse los límites o intentar compensar el malestar con concesiones o bienes materiales. Por ejemplo, puede resultar frecuente excederse en el tiempo de uso de la televisión, dispositivos móviles, tablets, videojuegos… Es aconsejable planificar y reestablecer el tiempo de uso de estos dispositivos para no excederse con su uso.
- Toma control sobre las discusiones y peleas: las peleas entre hermanos pueden ser algo habitual en el día a día y en situaciones como ésta pueden incrementarse generando un estado de irritabilidad y malestar familiar. Es importante ser tolerante pero también establecer límites y normas antes de que se convierta en una dinámica habitual durante este tiempo.
- Busca y diseña actividades y juegos. Es una buena oportunidad para fomentar y potenciar la creatividad y la imaginación de los niños además de para pasar tiempo de disfrute y de ocio en familia. Cada día se puede planificar una “actividad especial” como cocinar juntos, hacer una manualidad, diseñar una cabaña… Esto ayudará a mantener un estado de ánimo positivo. Esta actividad se puede programar de un día para otro y es una forma de mantener la ilusión para el día siguiente.
- Tómate un respiro cuando lo necesites ya que el contacto con los hijos puede llegar a ser muy intenso. Tomar turnos con la pareja o establecer momentos para que los niños jueguen libremente pueden ser recursos para desconectar durante un rato.