En ocasiones es confuso poder separar ambos conceptos, qué es amor y qué es dependencia.

Mientras que el amor es un sentimiento de afecto e inclinación hacia alguien, la dependencia emocional es un patrón de necesidades emocionales insatisfechas que se intentan cubrir desadaptativamente con otras personas.

En el amor, la persona está enamorada del otro. En la dependencia emocional se suele estar más enamorado de la relación que de la persona, es decir, lo importante es no estar solo, estar con alguien que cubra las necesidades personales.

Es por ello que, en la dependencia, se hace responsable al otro de darnos aquello que nos falta, aquello que necesitamos y le hacemos responsable de nuestro bienestar, al menos parcialmente o “no pudiendo estar bien sin el otro”.

¿Cuáles son las características de una relación dependiente?

Las relaciones que mantiene una persona dependiente destacan por su asimetría. Como la persona dependiente necesita del otro, hará todo aquello que sea necesario para mantenerle a su lado, incluso aunque las demandas por parte de la otra persona sean excesivas o le perjudiquen a sí mismo.

Algunas de las características de una relación de dependencia son:

  • Dar prioridad a la otra persona sobre todo lo demás, hasta el extremo de dejar de lado a las personas cercanas con las que se solía compartir tiempo o aquellas cosas que se solían hacer antes de la relación con esa persona.
  • Necesitar estar en contacto de manera frecuente y excesiva ya sea de forma presencial o a través de la tecnología. Es característico que al comienzo de las relaciones haya una sensación de urgencia, de demanda de compromiso o de petición de declaración de sentimientos del otro.
  • Tener miedo al abandono o al rechazo del otro. Es común realizar comprobaciones de cariño, para asegurarse de que la otra persona mantiene su interés.
  • Tener miedo a la soledad, lo que lleva a iniciar relaciones sin apenas tiempo entre unas y otras o a establecer relaciones que no llegan a ser satisfactorias y que se abandonan al aparecer alguien más interesante.
  • Idealizar al otro, sobrevalorando sus méritos y capacidades y situándole con un valor superior al de uno mismo.
  • Pensar que si satisfacen las necesidades de los demás o uno se desvive por ellos, nos devolverán amor.

¿Cómo superar la dependencia?

En la dependencia emocional uno se centra en el otro y se olvida de sí mismo, ya que tiene la creencia de que sólo a través del otro puede satisfacer sus necesidades. De alguna forma uno piensa que aquello para sentirse mejor está fuera y, sin embargo, lo que necesita es centrarse en su interior, conectarse consigo mismo.

Cuanto más busca en el exterior más dependiente se hace ¿por qué no darse la oportunidad de intentarlo de otra forma?

El psicólogo Jorge Castelló Blasco explica que existen dos suministros afectivos que deben estar equilibrados, a través de los que las personas nos nutrimos. Por un lado, está el suministro externo, que consiste en todo aquello que nos llega de positivo por parte de los demás, y por otro, el suministro interno que es la aportación que viene de nosotros mismos, la relación que mantenemos con nosotros. En la dependencia emocional se infrautiliza el suministro interno y como uno no se quiere lo suficiente se busca esa aprobación y cariño en el exterior.

Fomentar el suministro interno implica cultivar la relación con uno mismo, y es desde este planteamiento que se podrán establecer límites a los demás, que se encontrará la comodidad y el disfrute de la soledad, que uno se sentirá suficientemente valioso sin necesidad del otro… y que se podrá amar de forma sana a los demás. 

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