Las técnicas de relajación son herramientas que ayudan reducir el nivel de activación fomentando un estado de calma y de bienestar a través de la autorregulación fisiológica, mental y emocional. Además, son herramientas que proporcionan un espacio de conexión con uno mismo y con las necesidades personales, dando la oportunidad de “habitarnos” en una vida diaria en la que las demandas externas están cada vez más presentes. Estas técnicas permiten aumentar el bienestar y prevenir y disminuir los efectos del estrés y de la ansiedad en la mente y en el cuerpo, a corto y a largo plazo, llegando incluso a prevenir problemas de salud a nivel físico y a nivel emocional.

Beneficios de practicar ejercicios de relajación

Los ejercicios de relajación tienen numerosos beneficios a nivel físico, emocional y mental, y no conllevan ningún efecto secundario, ya que es a través de la acción de uno mismo que se da la autorregulación, modificando las sustancias químicas que genera el cuerpo. Algunos de los beneficios son los siguientes:

  • Reducen la tensión arterial y el ritmo cardiaco.
  • Reducen los niveles de cortisol.
  • Alivian la tensión muscular.
  • Mejoran la calidad del sueño.
  • Mejoran la concentración.
  • Sensación de bienestar.
  • Mejoran el estado de ánimo.
  • Mejoran la regulación emocional.
  • Favorecen el autoconocimiento y un mayor control físico, mental y emocional.

técnicas de relajación

Tipos de técnicas de relajación

Relajación muscular progresiva de Jacobson

Esta técnica consiste en tensar y en relajar diferentes músculos del cuerpo organizados en grupos musculares, mientras respiras pausadamente. El estrés y/o los problemas de ansiedad llevan a tensar los músculos físicamente, y a través de esta técnica es posible liberar esa tensión física y emocional. Para llevarla a cabo:

  • Busca un lugar tranquilo y colócate en una posición cómoda.
  • Conecta con una respiración profunda.
  • Comienza a realizar una secuencia de tensión o relajación de un grupo muscular específico. Empieza tensando 5 segundos haciendo la mayor fuerza posible, y a continuación, relájalo durante 20 segundos. Observa la diferencia entre una sensación y otra. Trabaja progresivamente con los siguientes grupos:
    • Grupo I: Mano, antebrazo y bíceps.
    • Grupo II: Cabeza, cara y cuello.
    • Grupo III: Pecho, estómago y región lumbar.
    • Grupo IV: Muslos, glúteos, pantorrillas y pies.
  • Al finalizar tómate unos instantes para disfrutar de la sensación, y poco a poco comienza a mover tu cuerpo. Cuando estés preparado abre tus ojos.

Relajación autógena de Schultz

Esta técnica consiste en llevar la atención a diferentes sensaciones corporales (de pesadez, de calor, de regulación del pulso, de respiración abdominal, de frescor en el abdomen y de frescor en la mente) mientras se repiten afirmaciones específicas. Si quieres practicarla:

  • Acomódate en el asiento y cierra tus ojos para buscar la relajación.
  • Conecta con una primera sensación de pesadez en tus extremidades, centrándote primero en cada una de tus manos y de tus brazos mientras te repites la frase: “mi mano/brazo derecho/izquierdo está pesado”.
  • Repite el procedimiento con las distintas partes del cuerpo y sensaciones corporales.

Escaneo corporal

Consiste en cerrar los ojos y repasar tu cuerpo progresivamente, de arriba a abajo o de abajo hacia arriba. Centra tu atención en las partes del cuerpo que quedan en una línea perpendicular a tu columna vertebral, llevando un orden y una misma dirección, mientras centras tu atención en las sensaciones que te llegan de esas zonas.

Técnicas de respiración: respiración diafragmática o profunda

Consiste en conectar con tu respiración diafragmática. Para ello:

  • Túmbate en una superficie plana y coloca una mano sobre el pecho y otra sobre el diafragma.
  • Lleva tu atención a observar cómo la respiración hace que tus muevas se muevan.
  • Durante unos minutos, lleva tu intención a hacer que la mano de tu abdomen tenga un movimiento mayor que la de tu pecho. Para ello, inhala profundamente por tu nariz durante 5 segundos, mantén unos instantes el aire en tu vientre y a continuación, exhala por la boca durante otros 5 segundos.

Mindfulness o atención plena

Consiste en practicar estar presente en el aquí y ahora sin juzgar ni apegarse a los pensamientos o a las sensaciones.  Puedes practicarlo de la siguiente forma:

  • Cierra los ojos suavemente y dirige tu atención a tu respiración, observando las sensaciones de entrar y de salir del aire.
  • Puedes llevar tu atención a las sensaciones corporales, escaneando tu cuerpo desde los pies hasta la cabeza. Acepta cualquier sensación, sin juzgarla.
  • Después de enfocarte en la respiración y en las sensaciones corporales, amplía tu atención para incluir sonidos, olores y cualquier otra experiencia presente.
  • Si en este proceso aparecen pensamientos, obsérvalos, sin juzgarlos y permitiendo no enredarte en ellos. Siente como igual que vienen se van.

Técnicas de visualización:

Consisten en evocar imágenes mentales para generar sensaciones de bienestar.

  • Busca un lugar tranquilo y acomódate cerrando tus ojos.
  • Conecta con tu respiración profunda, observando cómo el aire entra y sale de tu cuerpo.
  • Imagina un lugar tranquilo y relajante, cualquier lugar que te traiga paz, y céntrate en los detalles (en la temperatura, en los olores, en todas las sensaciones posibles).
  • Fíjate en tus sensaciones mientras estás en ese lugar.
  • Cuando sientas que es el momento, regresa lentamente a la conciencia del entorno real, moviendo tus dedos y piernas, y abriendo tus ojos.

mujer haciendo ejercicios de relajación

Consejos de práctica de las técnicas de relajación

  1. Practica en un lugar en el que estés cómodo y no tengas distracciones de tu entorno. Puedes ayudarte de música relajante de fondo y de una luz tenue para crear un espacio tranquilo.
  2. Lleva ropa cómoda.
  3. Organiza un espacio en tu agenda, procurando que pueda ser el mismo, ya que cuanto más practiques más beneficios sentirás. Intenta evitar los momentos previos o posteriores a la comida.
  4. Acepta las sensaciones físicas, emocionales o aquellos pensamientos que puedan llegar a tu mente durante el ejercicio de relajación, sin juicios y sin enredarte en ellos.
  5. Procura no dormirte, pero si te duermes no te preocupes, forma parte del proceso.
  6. Si una técnica de relajación no funciona prueba con otra. Pero deja margen a cada una de ellas, ya que recuerda que son habilidades que se van desarrollando y que mejoran con la práctica.

Aprender a relajarte y practicar con constancia las técnicas de relajación te permitirá ser cada vez más consciente de las sensaciones físicas, mentales y emocionales, y conectar más rápidamente con sensaciones de bienestar y relajación. Esto te ayudará a identificar señales de estrés o de malestar más fácilmente, interviniendo sobre ellas en sus momentos iniciales, así como conectar más fácilmente con sensaciones de bienestar en los momentos en los que lo necesites o lo consideres. Las técnicas de relajación son unas herramientas de autoayuda muy útiles para cualquier persona.

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