Un espíritu olímpico. Una actitud que no habla de límites sino de logros, de la posibilidad de conseguir lo que uno quiere. Involucrarnos en una actividad nos permite sentirnos satisfechos personalmente, sentirnos realizados, y nos proporciona emociones positivas. Que esta actitud no entiende de edades lo dejan claro los testimonios de este vídeo. Todos desde distintos caminos podemos avivar nuestro espíritu olímpico.

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